- La Cámara de Comercio de España ha colaborado con el Banco Mundial en la segunda edición de la “Enterprise Survey” en España, contribuyendo a ofrecer una visión global y comparativa del entorno empresarial frente a las principales economías del mundo
- En la elaboración del estudio han participado 1.431 empresas de toda España, de todos los tamaños y sectores, a partir de 5 empleados

En el centro, José Luis Bonet, junto con los participantes de la jornada
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Madrid, 26/05/25.- La falta de formación adecuada del personal (35%), la legislación laboral (18%) y la fiscalidad (15,9%), figuran como los tres principales obstáculos que enfrentan las empresas españolas en el desarrollo de su actividad, independientemente de su tamaño. Así lo refleja la segunda edición del proyecto del Banco Mundial, Enterprise Survey Spain 2024, presentado hoy en Madrid, que recoge las percepciones de más de 1.400 empresas de todo el país.
La Cámara de España ha colaborado en la recogida la información, gestionando el trabajo de campo que permitió realizar 1.431 entrevistas presenciales a directivos y responsables de empresas de todo el territorio nacional, de distintos sectores y tamaños.
Como explica Norman Loayza, director del Grupo de Indicadores Globales del Banco Mundial, “para que la economía crezca sostenidamente, es imprescindible que el entorno empresarial sea propicio a la inversión, la innovación y la competencia. Y para generar este entorno, es preciso escuchar la voz de los empresarios, pequeños y grandes, emergentes y establecidos, y atender sus preocupaciones y necesidades. De su labor y creatividad continuas, la sociedad entera se beneficia.”
Cristina Herrero, presidenta de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal, ha coincidido en señalar el valor de los datos como clave para conocer el entorno en el que se mueven las empresas, “esta encuesta pone de manifiesto que las empresas se enfrentan aún con dificultades para desarrollar su actividad: toca extraer conclusiones y poner en marcha soluciones”. Herrero ha subrayado que la “economía de España se enfrenta a retos de patrón de crecimiento e impulso de la productividad”, y la incertidumbre añadida de la reciente escalada del proteccionismo global lleva a incidir en la importancia de realizar una “planificación y estrategia integral que afronte esos desafíos en términos de eficiencia y productividad de la economía”.
José Luis Bonet, presidente de la Cámara de España, ha incidido en la importancia del conocimiento del entorno empresarial, “en una economía social de mercado como la española, la empresa es la pieza clave para la estabilidad, la creación sostenida de riqueza y el progreso social. Por ello, es imprescindible propiciar un entorno regulatorio que aliente y refuerce, y no frene, la actividad productiva”, para el presidente de la Cámara de España, “la conclusión última es que las empresas sufren a menudo una carga administrativa y regulatoria que representa un sobrecoste, dificulta el funcionamiento normal de su negocio y lastra su capacidad competitiva”.
Las diez principales limitaciones en el entorno empresarial
Durante la presentación del estudio, se ha celebrado una mesa redonda moderada por Isabel Puig, presidenta de la Comisión de Pymes de la Cámara de España, en la que se ha puesto de manifiesto la importancia de generar datos de encuestas sobre el entorno empresarial con el objetivo de impulsar la productividad y generar políticas desde el ámbito público, y en la que han participado Román Arjona, Economista jefe de la Dirección General de Mercado Interno, Industria, Emprendimiento y Pymes de la Comisión Europea; Juan Francisco Jimeno, presidente del Consejo de la Productividad; e Inmaculada Riera, directora general de la Cámara de Comercio de España.
La carga regulatoria continúa siendo un desafío relevante para las empresas en España. Según el proyecto Enterprise Survey Spain 2024, los directivos dedican en promedio un 10,5% de su tiempo al cumplimiento de requisitos normativos, por encima del promedio de Europa y Asia Central (8%).
En lo relativo a la obtención de permisos y licencias, España presenta un desempeño desigual. El tiempo para obtener una licencia de importación es de 20 días, un resultado ligeramente por encima a los días promedio en Europa y Asia Central (19); también el tiempo para obtener una licencia de actividad (66) supera a los 41 días promedio de Europa y Asia Central, o a los 51 días de las economías de altos ingresos[1]. Sin embargo, en otros trámites, como los permisos de construcción (84 días) los plazos mejoran con respecto a los registrados en otras regiones del mundo.
Días para obtener permisos
El informe también analiza la incidencia de la economía sumergida a través de dos indicadores clave. En primer lugar, el porcentaje de empresas que afirma competir con negocios no registrados o informales, que alcanza el 26% en España, ligeramente inferior al promedio de Europa y Asia Central y de las economías de altos ingresos, ambos situados en el 28%. En segundo lugar, el porcentaje de empresas que estaban formalmente registradas cuando comenzaron a operar, que en España alcanza el 95%, lo que refleja un alto nivel de formalidad inicial, ligeramente superior al observado en los grupos de comparación.
Empresas y economía sumergida
El documento, además, examina la incidencia de la corrupción a través del porcentaje de empresas que ha recibido “al menos una solicitud de pago de soborno”. En el caso de España el resultado es notablemente bajo, de solo el 0,4%, frente al 6% en Europa y Asia Central (6%) y el 4% en las economías de altos ingreso.
Recomendaciones de la Cámara de España
La Cámara de España insiste en la necesidad de alinear los itinerarios formativos con las necesidades reales de las empresas, renovar las políticas activas de empleo, agilizar los trámites administrativos para abaratar los costes de contratación y mejorar la eficacia de las políticas pasivas, incentivando entre sus beneficiarios una búsqueda activa de empleo. Estas transformaciones contribuirían a dinamizar el mercado laboral y a favorecer la generación de empleo, especialmente en un contexto marcado por la disrupción tecnológica y los cambios demográficos.
Al mismo tiempo, el fortalecimiento del tejido productivo—base de nuestro modelo de economía social de mercado— requiere de políticas que favorezcan a las empresas y las sitúen en el centro de la estrategia económica nacional. Para ello, la Cámara propone medidas estructurales como la reducción de las cotizaciones sociales, la simplificación del impuesto de sociedades, la disminución de las cargas administrativas y la eliminación de ciertos umbrales regulatorios. Estas actuaciones continúan siendo imprescindibles para estimular el crecimiento, la transformación, el emprendimiento y la creación de empleo.
[1] High Income Economies: https://www.enterprisesurveys.org/en/custom-query