• El mercado laboral español suma más de 500.000 nuevos ocupados entre abril y junio, impulsado por el sector servicios y la estacionalidad favorable.

  • El número de desempleados baja en 236.100 personas y la tasa de paro cae un punto hasta el 10,3%.

  • Empresas fuertes y reformas estructurales serán clave para sostener la creación de empleo en un contexto marcado por incertidumbre económica y fragmentación geopolítica.

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Madrid, 24/07/25.- Según la Encuesta de Población Activa correspondiente al segundo trimestre del año, hecha pública hoy por el INE, el número de ocupados alcanzó las 22.268.700 personas, un 2,3% más que en el primer trimestre de 2025 (+503.300) y un 2,7% por encima del nivel alcanzado en el mismo periodo del año anterior (+584.000). El sector servicios lideró nuevamente la creación de empleo, concentrando 429.200 nuevos ocupados (el 73,5% del incremento total interanual).

En lo que respecta al empleo asalariado, creció en 479.300 personas respecto al tercio anterior (+2,6%) y en 537.600 en términos interanuales (+2,9%). También aumentó el número de trabajadores por cuenta propia, con una subida trimestral del 0,7% (+23.600 personas) y del 1,4% interanual.

Por su parte, la población activa experimentó una subida de 276.200 personas en el segundo trimestre de este año respecto al trimestre previo (+1,1%), un 69,0% correspondiente a la incorporación de población española (+184.500 personas). En términos interanuales, el aumento fue de 381.800 personas (+1,6%).

En contraste con el trimestre anterior, la población inactiva disminuyó un 0,8% en relación con el primer tercio del año (-0,8%, -140.000 personas), aunque registró un nuevo incremento a nivel interanual (+1,0%, +169.800 personas).

El desempleo experimentó una mejora destacable. El número de personas en situación de paro se redujo en 236.100 en el trimestre (-8,5%) y en 202.200 respecto al mismo periodo del año anterior (-7,3%), ascendiendo a un total de 2.553.100 personas desempleadas. Con ello, la tasa de paro se situó en el 10,3%, 1,2 puntos por debajo de la registrada en el trimestre anterior (11,5%,).

Por último, centrando el análisis en la situación de las familias, el número de hogares con todos sus miembros activos en paro descendió un 9,8% trimestral (-86.100 hogares) y un 8,2% interanual (-71.400), situándose en 796.900 hogares.

Perspectivas

Los datos de la EPA del segundo trimestre de 2025 reflejan un mercado laboral dinámico, impulsado por la estacionalidad favorable del periodo, marcada por la Semana Santa, el repunte turístico en primavera y el inicio de la campaña estival. El sector servicios —y en particular la hostelería y el turismo— actuó una vez más como principal motor de la creación de empleo.

No obstante, esta evolución positiva se enmarca en un entorno internacional altamente incierto, condicionado por la escalada de tensiones comerciales y geopolíticas. Aunque el anuncio de posibles acuerdos arancelarios entre EE. UU. y algunos de sus socios ha mejorado puntualmente la percepción del ciclo económico, la persistencia de fricciones comerciales, el deterioro de las expectativas globales y la prolongación de conflictos como el de Ucrania o el reciente enfrentamiento entre Irán, Israel y EE. UU. han debilitado las expectativas de inversión y comercio internacionales. Las principales instituciones multilaterales han revisado a la baja sus previsiones de crecimiento para 2025 de las principales economías del mundo, lo que podría afectar a medio plazo a los sectores exportadores españoles.

A esto se añade la desaceleración incipiente en Estados Unidos, las dificultades estructurales del consumo interno en China y la apreciación del euro frente al dólar, que podría perjudicar la competitividad de las exportaciones europeas. Todo ello configura un escenario global más fragmentado y menos predecible.

La sostenibilidad de este buen comportamiento del mercado laboral español dependerá no solo de la evolución interna del consumo y la inversión, sino también de la capacidad de adaptación de las empresas y del diseño de políticas públicas eficaces ante un ciclo económico global menos favorable y más expuesto a shocks externos.

En este escenario, la Cámara de España, en sus previsiones de julio, mantiene sin cambios su estimación de crecimiento para el conjunto de la economía en 2025 (2,4%) y revisa al alza sus previsiones de creación de empleo, situándolas en el 2,0%.

A nivel interno, persisten retos estructurales que requieren una acción decidida, también en materia laboral. En particular, resulta esencial alinear los itinerarios formativos con las necesidades reales de las empresas, renovar las políticas activas de empleo, agilizar los trámites administrativos para reducir los costes de contratación, mejorar la eficacia de las políticas pasivas, incentivando la búsqueda activa de empleo entre sus beneficiarios, y analizar las causas del aumento en el absentismo de los últimos años, actuando para su mitigación. Estas reformas contribuirían a dinamizar el mercado laboral y a favorecer una creación de empleo más estable y sostenible, en un entorno marcado por la disrupción tecnológica y los cambios demográficos.

Al mismo tiempo, el fortalecimiento del tejido productivo —base del modelo de economía social de mercado— exige políticas favorables a la empresa, que la sitúen en el centro de la estrategia económica. Medidas como la reducción de las cotizaciones sociales, la simplificación del Impuesto de Sociedades, la eliminación de cargas administrativas y la revisión de ciertos umbrales regulatorios siguen siendo imprescindibles para estimular el crecimiento, la inversión, el emprendimiento y la generación de empleo. La disposición de unos presupuestos generales del Estado ajustados a las necesidades del entorno actual, además, sería conveniente para afrontar los desafíos con mayor eficiencia.

En definitiva, España encara el segundo semestre con una base laboral fortalecida, pero necesita abordar con decisión los desequilibrios estructurales y la mejora de la calidad del empleo para sostener esta recuperación en el tiempo. En un contexto como el actual, resulta esencial que las empresas cuenten con entornos estables, predecibles y competitivos que les permitan invertir, crecer y contratar.