• El 59% de las empresas en España asegura registrar una incidencia baja de absentismo laboral y sólo un tercio asegura que ha aumentado desde la pandemia
  • El 60,6% de las empresas señala la sobrecarga de trabajo para otros empleados como el principal efecto negativo
  • Las principales palancas utilizadas por las empresas, para luchar contra este fenómeno son: seguimiento sistemático de ausencias y análisis de causas (55,9%), reconocimiento y motivación del personal (52,8%), y flexibilidad horaria y conciliación (51,0%)

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Madrid, 17/12/2025.- Seis de cada diez empresas españolas reportan actualmente una baja incidencia de absentismo, según el último informe del Observatorio de Competitividad Empresarial de la Cámara de Comercio de España. El estudio revela además que un 13,4% percibe niveles moderados, mientras que solo un 27,6% reconoce afrontar un absentismo elevado

Además, al estudiar su evolución desde la crisis del COVID-19, se concluye que es una tendencia predominantemente estable: el 51,7% de las organizaciones señala que el absentismo se ha mantenido, el 33,5% considera que ha aumentado, y el 14,7% declara que ha disminuido. Es decir, desde la pandemia, el absentismo laboral se ha mantenido estable en la mayoría de las empresas, aunque un tercio reconoce un incremento.

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Para José Luis Bonet, presidente de Cámara de España, “el absentismo incide en la  competitividad de las empresas porque es un factor que afecta directamente a la productividad, al clima laboral y su sostenibilidad. Si bien es cierto que las causas de son multifactoriales, es fundamental impulsar una cultura preventiva como eje de una experiencia laboral positiva, capaz de anticipar problemas y mejorar el bienestar del talento”.

El informe refleja que el absentismo es más problemático en organizaciones grandes, tanto por tendencia desde el Covid-19 como por nivel actual: las empresas grandes (250 empleados o más) son las que sufren un mayor nivel de absentismo, además de un incremento desde la pandemia. En las microempresas, la incidencia es baja (media de 2,01 en una escala de 1 a 5), mientras que en las grandes organizaciones (250 o más empleados) alcanza niveles entre moderados y altos (media de 3,63). Este patrón se reproduce también en la evolución desde la pandemia, con un aumento más acusado en las empresas de mayor tamaño.

A nivel sectorial, la industria destaca como el sector más afectado, tanto en evolución (media de 3,58) como en incidencia actual (3,01). Le siguen construcción, resto de servicios y, finalmente, comercio, donde el absentismo es menos problemático.

Las consecuencias del absentismo son especialmente notables en la operativa diaria: el 60,6% de las empresas señala la sobrecarga de trabajo para otros empleados como el principal efecto negativo, seguida de retrasos en la atención al cliente (44,1%) y el aumento de los costes organizativos (43,1%). La reducción de la productividad afecta al 40,6% de las compañías, mientras que el deterioro del clima laboral, aunque relevante, queda en un segundo plano (27,9%).

Causas estructurales y motivacionales

El absentismo se atribuye principalmente a factores normativos adversos y a la falta de motivación de ciertos perfiles, más que a las propias políticas internas o condiciones laborales. Esta percepción se acentúa en las empresas con mayores niveles de absentismo, porque a mayor absentismo, mayor peso se concede a las causas externas o estructurales.

Con todo, para hacer frente al absentismo, las empresas priorizan tres grandes palancas:

  • Seguimiento sistemático de ausencias y análisis de causas (55,9%)
  • Reconocimiento y motivación del personal (52,8%)
  • Flexibilidad horaria y conciliación (51,0%)

Por tamaño, las microempresas apuestan por la flexibilidad, mientras que las grandes priorizan el seguimiento estructurado y políticas de desarrollo organizativo. El reconocimiento y la motivación mantienen una importancia transversal en todos los segmentos. Por sectores, industria y construcción destacan por el control, mientras que comercio y servicios se inclinan por la flexibilidad y el teletrabajo, especialmente en actividades administrativas.