Madrid, 28/04/23.- El PIB de la economía española se incrementó un 0,5% durante el primer trimestre de 2023 respecto al último de 2022 según se detalla en el Avance de la Contabilidad Trimestral hecho público hoy por el INE. En relación con el mismo trimestre de 2022, el crecimiento del PIB ha sido del 3,8%.

Desde el punto de vista de la demanda nacional, es de destacar la mejora experimentada por la formación bruta de capital fijo, del 1,9% trimestral, impulsada por el avance de la inversión en construcción (1,0%) y, sobre todo, por el mayor crecimiento de la inversión en maquinaria y bienes de equipo respecto a la registrada en el trimestre precedente (3,8% trimestral en el primer trimestre de 2023, frente -5,7% en el cuarto de 2022). La aceleración en las convocatorias de ayudas financiadas con los fondos Next Generation EU previsiblemente está teniendo ya efectos positivos en la inversión empresarial.

En relación con el resto de las magnitudes que componen la demanda nacional, el consumo de los hogares registró un retroceso respecto al nivel del trimestre previo (-1,3%), lastrada por los persistentes altos niveles de inflación y la subida de tipos de interés. El consumo de las Administraciones Públicas, por su parte, cayó un -1,6%. Como resultado, la tasa de crecimiento de la demanda nacional en su conjunto, desde el punto de vista trimestral, fue negativa (-0,8%), lo que refleja cómo el avance registrado en la inversión no ha sido suficiente para compensar el retroceso experimentado por el gasto en consumo final de los hogares y Administraciones.
Sin embargo, la evolución negativa de la demanda nacional ha sido compensada con creces por la demanda externa, principal elemento en el que se ha sustentado el crecimiento trimestral durante este primer cuarto del año. El avance de las exportaciones fue del 5,8% respecto al nivel registrado en el cuarto trimestre de 2022, superior al de las importaciones (3,1%). Como resultado, la aportación positiva al crecimiento de la demanda externa ha sido muy superior a la de la demanda nacional.

En sintonía con esta dinámica de la actividad, en este primer trimestre de 2023 se ha producido un crecimiento interanual del número de ocupados medidos en términos de empleo equivalente a tiempo completo, del 2,3%, 3 décimas porcentuales superior al avance interanual registrado en cuarto trimestre de 2022 (2,0%). Esto ha supuesto la creación de 426.000 puestos de trabajo en el último año. Además, el mayor crecimiento del PIB en términos interanuales (3,8%) en comparación con el del empleo ha traído consigo una nueva mejora de la productividad del factor trabajo, que crece por sexto trimestre consecutivo (avance del 1,5%).
 
Perspectivas 2023 y recomendaciones de la Cámara de España

El entorno en el que se desenvuelve la actividad económica continúa plagado de incertidumbres, aunque en algunos casos éstas se han resuelto de manera favorable. Por ejemplo, el invierno ha sido más suave de lo esperado y las expectativas que existían en otoño sobre los posibles problemas de abastecimiento energético fueron disipándose conforme avanzaban los meses. Como resultado, una demanda energética por debajo de lo previsto ha tenido un impacto favorable en los precios de las materias primas energéticas.

No obstante, la inflación continúa siendo muy elevada a pesar de la contención experimentada, y la pérdida de poder adquisitivo de los consumidores sigue acumulándose. En ese sentido, el comportamiento de la inflación subyacente, que deja fuera del cómputo alimentos no elaborados y productos energéticos, se sitúa por encima del índice general desde diciembre de 2022. Si a esta evolución de los precios se le añade la contundente política de subida de tipos de interés seguida por los principales bancos centrales y sus efectos en el encarecimiento de créditos al consumo y de las hipotecas, es de prever que el impacto negativo en el consumo de los hogares se prolongue durante los meses venideros.

En este contexto, la Cámara de España prevé que la economía española seguirá creciendo en 2023, aunque a medida que avancen los trimestres, a un ritmo menor en términos interanuales al observado hasta ahora. El crecimiento medio del PIB este año se situaría por debajo del 2,0% y el sector exterior se mantendría como el principal pilar que sustentaría la actividad económica, en un contexto de ralentización de las importaciones, como resultado del menor consumo, y mantenimiento de la demanda externa, que conservaría su dinamismo debido a la mayor competitividad de los productos y servicios españoles respecto a la de los principales países de nuestro entorno.
En cuanto al mercado laboral, al compás del crecimiento de la actividad productiva, se seguirá creando empleo en 2023, que podría saldarse con cerca de 300.000 nuevos ocupados.

En este entorno de incertidumbre, la economía española sigue mostrando ciertas debilidades que sería recomendable corregir cuanto antes. En ese sentido, resulta primordial plantear una estrategia de consolidación fiscal a medio plazo que reduzca su vulnerabilidad ante shocks externos.  

Por su parte, de cara a favorecer un entorno adecuado para el crecimiento de la productividad, sería necesario avanzar en las reformas estructurales que se requieren. En ese camino, hay que tratar de agilizar aún más el acceso a los fondos Next Generation EU por parte de las pymes, actores esenciales en la transformación y modernización de la economía española.