• El año 2015 concluye con el ritmo de crecimiento más elevado desde 2007
  • En 2016, la Cámara de Comercio de España prevé que el PIB crezca en el entorno del 2,8%
  • Garantizar la estabilidad política e institucional, imprescindible para consolidar la senda de crecimiento económico

Madrid, 25/02/2016. La economía española creció un 3,5% interanual durante el último trimestre de 2015, según ha informado el Instituto Nacional de Estadística, una cifra no alcanzada desde el cuarto trimestre del año 2007. Este aumento es una décima superior al registrado en el tercer trimestre (3,4%) y consolida la recuperación de la actividad económica al cierre de 2015.

De esta manera, el año 2015 se cerró con un crecimiento del 3,2%, más del doble que el registrado un año antes (1,4%) y muy por encima del estimado por la Comisión Europea para el conjunto de la Unión Europea en el ejercicio, 1,9%, y para la zona euro, 1,6%.

Perspectivas
La Cámara de Comercio de España considera que la dinámica positiva de la economía española se mantendrá en el primer trimestre de 2016, periodo en el que el PIB podría crecer todavía a una tasa estimable, próxima al 3,1% interanual. Las expectativas para el conjunto del año 2016 también son favorables, en ausencia de factores exógenos que interfieran en el devenir de la actividad. La Cámara de España prevé un avance del PIB para el conjunto del año 2016 cercano al 2,8%. Esta cifra está en sintonía con las  últimas revisiones al alza realizadas por la Comisión Europea (2,8% para 2016, una décima más que el pronóstico de otoño) y el Fondo Monetario Internacional (avance del 2,7% en 2016, dos décimas por encima de la previsión de octubre). Estos organismos resaltan además el diferencial positivo de crecimiento que mantendrá la economía española respecto a la media europea, previsto en más de un punto porcentual.

Esta positiva evolución esperada para el conjunto del año 2016 se sustenta en la necesaria estabilidad política, social e institucional, capaz de aportar confianza y seguridad a los distintos agentes. De lo contrario, los proyectos de inversión y expansión exterior podrían verse frenados, poniendo en riesgo la consolidación del proceso de recuperación económica. De hecho, existen señales de cierto deterioro en los indicadores de confianza ciudadana y empresarial más recientes, influidos por el clima de incertidumbre financiera y geopolítica en el ámbito internacional y especialmente por el panorama político nacional.

Mantener la estabilidad política, social e institucional es condición básica para que las empresas pueden desenvolverse, llevar a cabo nuevos planes de inversión, crear puestos de trabajo y generar actividad económica. Por ello, es más necesario que nunca que el diálogo, el pacto y el consenso protagonicen la nueva legislatura.

A partir de esta base, deberá continuar avanzándose en la creación de un entorno que fomente la mejora de la internacionalización, la competitividad, la innovación o la digitalización de nuestras empresas, especialmente de las pymes, entre otros aspectos prioritarios para la futura política económica. En particular, España debe ser consciente y afrontar en consecuencia sus principales asignaturas pendientes y retos, tales como la reducción del desempleo, el avance en la consolidación fiscal, las reformas  estructurales pendientes, el aumento de la base exportadora e innovadora, o el impulso del tamaño empresarial.

Variables que sustentan el crecimiento
En línea con anteriores trimestres, el principal pilar del crecimiento para la economía española ha sido la demanda nacional, que aportó 4,1 puntos porcentuales y mantiene el nivel del anterior trimestre. Esto responde a que el consumo público ha compensado la leve moderación experimentada por el consumo de los hogares y la formación bruta de capital fijo (crecimiento inferior en una y tres décimas, respectivamente, al registrado en el trimestre precedente).

Por su parte, la demanda externa moderó una décima su aportación negativa al crecimiento respecto a la registrada en el tercer trimestre de 2015. Eso se debió a un incremento algo más acelerado de las exportaciones respecto a las importaciones. De hecho, las exportaciones han concluido el año con un destacado incremento interanual del 5,3%, muestra de la apuesta del tejido empresarial español por la internacionalización y del buen posicionamiento en un contexto de creciente competencia exterior.

La trayectoria económica descrita tiene su reflejo directo en el mercado de trabajo. El empleo según la contabilidad nacional creció un 3% en el último cuarto del ejercicio, lo que, según el INE, se corresponde con un incremento neto de cerca de 495 mil empleos equivalentes a tiempo completo en un año. Esta evolución refleja un crecimiento económico capaz de trasladarse en gran medida a la creación de empleo, destacándose asimismo el aumento de la productividad por trabajador, con un avance interanual del 0,5%.