• A pesar de la desaceleración de la economía, la tasa de paro descenderá a final de año al entorno del 13,5% y se crearán 316.000 puestos de trabajo.
  • La modernización y la eliminación de distorsiones del mercado de trabajo español debe seguir siendo una prioridad, acompañada de la reducción de incertidumbres internas y el consenso y avance en ciertas reformas clave.

Encuesta de Población Activa

Madrid, 25/4/2019. La Encuesta de Población Activa (EPA) publicada hoy por el Instituto Nacional de Estadística muestra la tradicional contención del mercado laboral español durante los tres primeros meses de cada ejercicio, con descensos en la actividad y la ocupación y aumentos en los parados e inactivos respecto al último trimestre del año anterior.

En los últimos12 meses, el efecto del crecimiento económico se ha manifestado en el mercado de trabajo a través de un aumento de 596.900 ocupados y una reducción de 441.900 parados. En este sentido, la contratación indefinida presenta mayor dinamismo (aumento del número de asalariados indefinidos del 3,9% respecto al primer trimestre de 2018 y del 0,8% con relación al último trimestre de 2018) que en términos temporales (variaciones del 2,7% y -4,2%, respectivamente).

Cabe destacar que dos colectivos especialmente vulnerables, como los parados que perdieron su empleo hace más de un año o aquellos que buscan su primer empleo, han visto mejorada su situación tanto en el primer trimestre de 2019 como en los últimos 12 meses. En concreto, su número se ha recortado respecto al primer trimestre del año anterior en un 16,9% y 8,8%, respectivamente.

No obstante, la tasa de paro de la economía española continúa destacando negativamente en el seno de la Unión europea, situándose como la segunda más elevada del área y doblando el promedio comunitario. Por otra parte, determinados grupos mantienen notables dificultades para conseguir empleo, como los jóvenes (cuya tasa de paro es superior al 30%) o los parados de larga duración.

Otro rasgo de debilidad es el gradual aumento en el número de personas inactivas, aquellas mayores de 16 años que no trabajan ni están en situación de desempleo. Este colectivo ha crecido en los últimos 12 meses a una tasa del 1,1%, principalmente como consecuencia del incremento en el número de los inactivos extranjeros (aumento del 9,6% en un año, frente al 0,5% correspondiente a la población inactiva española).

Por último, debe resaltarse la profundización de la discrepancia en las tendencias entre el empleo público y privado. En particular, el número de ocupados del sector público aumentó en 2.600 personas en el primer trimestre de 2019, frente a la pérdida de 96.100 empleos en el sector privado.

Adicionalmente, la última Contabilidad Nacional Trimestral publicada por el INE mostraba un relevante estancamiento de la productividad del factor trabajo en la economía española.

Previsiones

La Cámara de Comercio de España estima que la gradual desaceleración esperada en la economía española a lo largo de 2019 se traslade al mercado de trabajo, con un aumento acumulado del número de ocupados (medidos en términos de empleo equivalente a tiempo completo) del 1,7%, 9 décimas porcentuales inferior a la tasa registrada en 2018. Esta trayectoria se traduciría en la creación de 316.000 puestos de trabajo en el conjunto del ejercicio.

A finales de 2019, la Cámara de España estima que la economía española podría situar su tasa de paro en el entorno del 13,5%.

En este escenario, la lucha contra el desempleo y el fortalecimiento del mercado laboral deben seguir figurando en un lugar destacado entre las prioridades de la política económica del próximo Ejecutivo. Más concretamente, mediante la supresión gradual de las debilidades estructurales en su funcionamiento, especialmente en relación con la calidad del empleo y la inclusión de colectivos en evidente riesgo de exclusión. Por ello, sería preciso revisar la eficacia de las políticas activas de empleo, mejorar la adecuación de la capacitación de los trabajadores a las necesidades del mercado, o reducir la burocracia asociada al proceso de contratación laboral, entre otras cuestiones.

Especial mención requiere el necesario aumento de la productividad del trabajo, lo que pasa por medidas estructurales en el ámbito de la educación y la formación (universitaria y profesional), y en la capitalización y dotación tecnológica de las empresas (especialmente, la transformación digital de las pymes).

La modernización del mercado laboral debería acompañarse asimismo de otras medidas que aporten mayor certidumbre, tanto desde el punto de vista político como económico. En el ámbito político, es apremiante que el nuevo Ejecutivo disponga de la solidez suficiente para afrontar con determinación las necesarias reformas económicas y que  sea capaz de concitar consensos en los asuntos claves.

En materia económica, España deber continuar reduciendo su endeudamiento y cumplir escrupulosamente con la senda de déficit comprometida con los socios comunitarios. Todo ello, sin olvidar las necesarias reformas en ámbitos como el funcionamiento y eficiencia de las Administraciones Públicas, la financiación autonómica, el sistema de pensiones, o los necesarios acuerdos en materia energética o educativa.

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